lunes, 13 de febrero de 2012

Febrero


Antes de la reforma del calendario llevada a cabo por Julio César, el
año romano comenzaba en el mes de marzo y tenia 10 meses de 36 días, más 5 días
al fin del mismo, dedicados a las fiestas de las Saturnales.

A partir de la reforma juliana, el año pasó a tener 12 meses -de 30 ó
31 días- incorporando a fin del mismo dos meses, que se llamaron enero y
febrero. Los meses de 31 días eran los impares: marzo, mayo, quinto, séptimo,
noveno y enero. Y los de 30 eran los pares: abril, junio, sexto, octavo y
décimo. A febrero le correspondieron 29 (30 los años bisiestos) para obtener los
365 días.

A Cayo Julio César se le brindó el honor de designar un mes con su
nombre, y el escogido fue el quinto mes, que a partir de la reforma juliana se
llamó “julio”. Su hijo adoptivo, Cayo Julio César Octaviano, que fue designado
emperador -con el título de “augustus”- asumió el poder absoluto dando origen al
Imperio Romano. En su honor se llamó “agosto” al mes sexto, pero, dado que el
mes sólo tenía 30 días y no podía ser que el “Imperator Augustus” tuviera un mes
con un día menos que su padre, resolvieron agregarle un día más que tomaron del
último mes, pasando febrero de tener 29 días a tener 28.

Como así había tres meses seguidos con 31 días, se alteró la duración
de los siguientes, pasando septiembre a tener 30, octubre 31, noviembre 30 y
diciembre 31.

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