Estas vacaciones decembrinas fui a pasarlas con mi familia en la ciudad de Hermosillo, a unas 10 u 11 horas de camino de la ciudad donde radico (Tijuana).
El camino de ida lo hicimos en la noche, queriendo ganar tiempo, pero por la cantidad de trafico que habia y a varios accidentes que nos tocaron hicimos cerca de 16 horas en llegar a nuestro destino.
Mis vacaciones fueron estupendas, convivi con mi familia, vi a mis amigos y descance mucho.
El camino de regreso estuvo mas relajado y como salimos en la mañana, hicimos casi todo el recorrido de dia.
Alrededor de las 11 de la mañana y despues de 5 horas de manejo llegamos al desierto de Altar y no puedo si no quedarme maravillado de la grandeza y belleza del desierto.
Al principio vemos paisajes como el de la foto, Sahuaros, pasto seco, arbustos, Choyas, una que otra Pitaya, es lo que veiamos conforme nos adentrabamos en el desierto.
En estos trayectos siempre llevo mi musica en el carro y como el viaje lo realice solo, iba en mi caricoche muy agusto, a decir verdad Ogun iba conmigo en el asiento de atras, pero el es muy bien portado y siempre aprueba la musica que pongo en el carro (Ogun es mi perro). Pero en esta ocasion apague mi radio y admire por completo el Desierto, abri un poco la ventana y deje que el aire entrara por ella y me llenara de su sabor.
Conforme avanzabamos en el desierto el paisaje fue cambiando y llego un momento en donde la vegetacion era muy escasa y solo habia piedras y dunas de arena a lo lejos.
A mitad del desierto entramos en terreno volcanico, aunque los volcanes están mas extintos que los Mamuts, se puede apreciar los rios de lava y en los cerros los diferentes colores que dicen que por ahi paso la lava.
Justo en esta parte del desierto es donde mas abstraído estuve, como describir mi facinacion por ese terreno agreste y como definir mis sentimientos ante la maravilla de la creación, ya que aun en este terreno la vida encuentra la forma de manifestarse.
Unos cerros (montañas) aparentemente cortadas con cuchillo, blancas por el abrazo del sol, rocas volcánicas por doquier, Dunas de arena a lo lejos.
Siempre me ha gustado el bosque, soy feliz cuando estoy en uno, con su olor a vegetacion, su humedad, el frió característico, pero es aquí en el desierto donde realmente seria feliz y donde explotaría al máximo mi potencial.
No pude si no decir: Gracias Dios por esta vista maravillosa.
Es aquí en este lugar donde aproveche para tener mi platica anual con Dios, platicarle de mis proyectos, mis sueños y reportarme con El.
Si alguna vez tienen la oportunidad de viajar por el desierto de Altar, regalance unos momentos, bajen del auto, cierren los ojos, extiendan los brazos al aire, sientan el sol en su cara, llenen sus pulmones de ese aire y escuchen el silencio, ese silencio que trae consigo todas las respuestas.
Saludos.
1 comentario:
Amigocho, que rico que hayas disfrutado ese paisaje, en lo personal cuando he pasado por ahi, lo he hecho en la noche, así que de día no lo conozco, espero este año poder visitarlo y conocerlo, ya me imagino la maravilla que es respirar ese aire sofocante pero puro!
Te mando un abrazote de oso!
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